
Desaparecer, efecto de esa mirada.
Mirada fundida entre tus latidos,
magia inofensiva y mortal,
guerras contra el silencio.
Rehén de tus caprichos y tu espalda,
juego con disimulo,
sedienta de besos tan asesinos como esa piel al rozarme.
No hay arma contra tu presencia,
entrega, culpa o creación.
Ahogo despojado de tiempo,
disparás contra mis células,
quemás mi razón, detenés sensaciones…
lluvia de ausencias, laberinto a destruir.