23/12/10

A quien disolvió sombras...

Hoy, sos el culpable de mis sin razones, de mis pérdidas de tiempo, perdida con tus nuevos recuerdos entre sonrisas. Culpable de mis buenos días, de mi mejor humor, de mis ganas que atropellan.
El responsable de mis desvelos, el dueño de un sin fin de sentimientos que me atacan, feroz y dulcemente cada vez que tu piel abre paso sobre mí. Responsable de mis nuevos miedos, fundados en una posible ausencia permanente tuya, de mis pensamientos enroscados, de mis olvidos de la realidad...
Creador, de mis sueños más tiernos, de las caricias mágicas que hacen que el mundo sea diferente entre tus brazos.
Responsable de un amor que sin pedir permisos me invade a empujones, destrozando uno a uno los muros que otros supieron construir con dolor. Responsable de que tu respiración aquiete mi acelerada mente y que a tu lado esté esa paz que siempre busque...
Sos, mi presente más pérfecto...

12/12/10

Instantes



Se acurrucó junto a su cuerpo, y éste ahueco su pecho para dejarla descansar.
Tomo una bocanada de su perfume, el primer paso al delirio, fabricante de deseos, brutal.
El anzuelo fué su dulzura, amputó dudas.
Solo un insólito instante que hizo eco en cada una de sus células.
Surgió, como apocaliptica, una conexión extraña entre ambos.
Él, la decoro con caricias, colonizó su gastado corazón,
y se abotonó lentamente a su cuerpo en una suave agresión...

3/12/10

Descubro-te


Él, rozó su piel y ella, no entendió porqué dejó que continue...
Sus roces contagiaban una extraña energía, y al absorverla, la tristeza se disolvía.
El segundo encuentro de sus manos no fué casual,
él busco la de aquella y aquella la de él casi, al mismo instante, casi en una inspiración coordinada, y mientras el aire escapaba de sus pulmones ambos entendieron que "algo" estaba sucediendo aún sin proponerselo, sin imaginarlo.
Jugaron, quién soportaría más la distancia casi inexistente, quién buscaria a quién, y ella se dejo encontrar mientras él, hechicero, la enloquecia con cada caricia, con cada beso timido que no lograba contener, cada cosquilla que buscaba eso sonrisa de aceptación, cómplice.
En algún instante, ella, sumergida entre tanta dulzura, encontro su mirada en su mirada, y nada más fué necesario.
El deseo los rodeo, sus labios se presentaron en un encuentro calmo, tímido, descubridor... volvieron a encontrarse las miradas y se regalaron ese instante... ambos comprendieron que algo había comenzado a desatarse...