
Él, rozó su piel y ella, no entendió porqué dejó que continue...
Sus roces contagiaban una extraña energía, y al absorverla, la tristeza se disolvía.
El segundo encuentro de sus manos no fué casual,
él busco la de aquella y aquella la de él casi, al mismo instante, casi en una inspiración coordinada, y mientras el aire escapaba de sus pulmones ambos entendieron que "algo" estaba sucediendo aún sin proponerselo, sin imaginarlo.
Jugaron, quién soportaría más la distancia casi inexistente, quién buscaria a quién, y ella se dejo encontrar mientras él, hechicero, la enloquecia con cada caricia, con cada beso timido que no lograba contener, cada cosquilla que buscaba eso sonrisa de aceptación, cómplice.
En algún instante, ella, sumergida entre tanta dulzura, encontro su mirada en su mirada, y nada más fué necesario.
El deseo los rodeo, sus labios se presentaron en un encuentro calmo, tímido, descubridor... volvieron a encontrarse las miradas y se regalaron ese instante... ambos comprendieron que algo había comenzado a desatarse...
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