Abre una ventana que mira al frente, y sonrie.
Cada paso anterior fue coronado con millones de caricias, que ahora le pertenecen a ella y a nadie más.
Busca una evolución en sus sentimientos, respira y siente esa compañía, aún cuando aquel esta lejos de su cuerpo.
Se eleva entre las multitudes, no se siente igual a todos, es cambio, y hoy, mira, habla y piensa diferente. Ahora, su piel, extraña otra única piel que la alimenta de dulzura.
Un sentimiento invasivo, que se instalo a los tropiezos y sin pedir permisos, acomodándose en el hueco de un pasado, alterando el presente.
Un ser, caído de un planeta desconocido, hoy, toma su mano y la transporta, donde solo habitan sus miradas, sus cuerpos y corazones, latiendo en sincronicidad...
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